Investigación: Hernando Cano Cano.
Nuestros ancestros, los arrieros, fue un grupo de personajes legendarios, casi anónimos, que tenían la tarea de comunicar pueblos recónditos, proveerlos de mercancía o recoger sus productos para surtir otros mercados. Con su oficio le dieron a la colonización antioqueña un perfil de comercio y comunicación, únicos en nuestra historia.
El mundo del arriero era de trabajo, lucha, sacrificio, disciplina, lealtad y sobre todo de honradez y puntualidad, virtudes por las cuales eran conocidos en todo el país.
En el Municipio de Caldas Antioquia, hubo reconocidos arrieros, a quienes se les confiaba traer o llevar elementos de valor, bien del orden nacional o importados, a quienes se les encargaba mover cargas (alimentos, víveres y demás vituallas), personas viajeras, documentos de comunicación (correo) o ganado, en tiempos previos a la aparición del ferrocarril y después el transporte vehicular.
PATENTE DE ARRIERO, como quiera que, a estos conquistadores de montañas y selvas, generalmente personas iletradas, les correspondía hacerse responsables de mercancías de considerables valores, el Gobernador de Antioquia en 1904 expidió el Decreto 152, mediante el cual se obligaba a los arrieros solicitar su patente de arriero, ante el Alcalde de su jurisdicción.
Miremos esta solicitud:
ALCALDIA DE CALDAS AÑO 1904 – SOLICITUD PATENTE DE ARRIERIA –
(1) Señor Alcalde Municipal.
Para cumplir con las exigencias del Decreto No.152 expedido por la Gobernación del Departamento, sobre patentes de arriería, pido a Ud. que con citación del señor Personero Municipal, se reciba declaración jurada a los señores Enrique Posada, Raimundo Vélez, Antonio Montoya, Juan B. Ochoa y Camilo Barreneche, al tenor del siguiente interrogatorio: 1º. Conocimiento y generale de ley, 2º. Digan si es verdad y les consta que soy dueño y propietario de una recua de mulas destinadas al transporte, 3º. Si por el conocimiento que de mi tienen, saben que soy hombre honrado en todo sentido y especialmente puntual y estricto en el cumplimiento de mis compromisos y obligaciones civiles y comerciales.
Una vez recibidas las declaraciones le pido se sirva darme la Patente de Arriería de que habla dicho decreto. Estoy pronto a pagar los respectivos derechos.
Caldas, julio 18 de 1904.
– Rogado por Ángel Ma. Upegui – (Arriero Solicitante)
– Tto. Raimundo Vélez P.
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(1) Archivo Histórico de Caldas, libro 40, folio 377.